Uno de los principales síntomas del linfedema es la inflamación de una determinada parte del cuerpo. Generalmente la hinchazón se produce en los brazos y en las piernas.
Existen múltiples causas por las cuales se producen los linfedemas, puede tratarse de un defecto congénito (linfedema primario) o adquirirse por una causa externa (linfedema secundario).
En otros casos es posible que la inflamación producida por el linfedema se dé en la cabeza, en el cuello o una parte del torso. Por lo tanto, y según podemos ver, los linfedemas pueden afectar en mayor o menor medida a cualquier parte del cuerpo.
Una de las particularidades de los linfedema es que no producen dolor. La inflamación propia de la enfermedad genera un abultamiento que resulta blando al tacto.
Qué hacer ante los síntomas del linfedema
En caso de que usted detecte los síntomas del linfedema deberá recurrir a un profesional médico con el fin de obtener ayuda especializada. Así se le realizarán diferentes tipos de estudios intentando determinar la presencia del linfedema.
Además, una vez detectada la enfermedad, es necesario analizar su causa y así determinar si se trata de un linfedema primario o secundario. Los análisis de sangre pueden dar un diagnóstico preciso despejando cualquier tipo de dudas.
Tratamientos para el linfedema
Los tratamientos para el linfedema dependerán de las causas que lo han originado. El objetivo, en todos los casos, será que el sistema linfático funcione correctamente. Su médico le indicará los pasos a seguir según el diagnóstico realizado, a continuación veremos ciertos cuidados en el hogar que ayudarán a mejorar la calidad de vida.
Una forma de que la hinchazón se reduzca es utilizar la zona del cuerpo que está afectada. Por ejemplo brazos y piernas deben usarse en las actividades cotidianas. De dos a tres veces por día descanse acostándose durante 30 minutos a una hora. El miembro en cuestión debe quedar inmovilizado y a una altura mayor que el resto del cuerpo (elevado).
El caso de las manos puede ejercitar la abriendo y cerrando el puño. Con los pies realice movimientos circulares, verticales y horizontales. Finalmente mantenga limpia la zona afectada y evite lesiones en la piel de cualquier tipo (incluidas las quemaduras solares).