Los síntomas de la impotencia se presentan cuando el hombre no puede mantener la erección del pene.
Se considera impotencia incluso cuando el hombre no puede mantenerlo durante el tiempo suficiente para finalizar el acto sexual.
Este tipo de situaciones pueden ser esporádicas o recurrentes. Este último caso es cuando se considera la existencia de una disfunción eréctil.
Generalmente se presenta en hombres adultos, aunque puede encontrarse también en jóvenes.
Cuándo buscar ayuda ante los síntomas de la impotencia
Una vez que aparecen los síntomas de la impotencia, se debe controlar la frecuencia de los mismos. En caso de presentarse en varias oportunidades deberás recurrir a un profesional médico en búsqueda de una solución.
También deberás buscar ayuda en caso de que haya tenido algún tipo de lesión en la próstata, dolor abdominal o incluso cambios en la micción.
El profesional médico evaluará diferentes aspectos clínicos y de su estilo de vida. Es fundamental conocer el estado del flujo sanguíneo, el sistema nervioso el pene y el recto.
Generalmente deberá ser sometido a un cuestionario que ayudará al profesional a determinar el origen de la impotencia y los problemas de erección.
Existen numerosos tratamientos que pueden ser llevados a cabo para combatir la impotencia. Estos dependerán de cada caso en el que se evaluará el estado del paciente, edad y gravedad de la disfunción eréctil.
Para hombres de mediana edad los pronósticos son realmente buenos pudiendo mejorar en poco tiempo siguiendo los tratamientos indicados por su médico.
Diferencias entre impotencia y esterilidad
Existe una marcada diferencia entre la impotencia y la esterilidad, aunque muchas veces estas se confundan.
La impotencia nada tiene que ver con la esterilidad. Esta última refieren a problemas de infertilidad ligados a los espermatozoides. Mientras tanto la impotencia, tal como indicamos al comienzo, es la imposibilidad de mantener una erección.