Los síntomas de la hepatitis C afectan a personas contagiadas con este virus. En las primeras etapas no se detectan síntomas, aunque con el paso del tiempo podremos encontrar los siguientes signos:
- Fiebre
- Orina oscura
- Fatiga
- Decaimiento corporal
- Dolor abdominal
- Hinchazón abdominal
- Heces color pálido
- Náuseas
- Vómitos
- Picazón, en diferentes partes del cuerpo
- Inapetencia
En el caso que la infección de hepatitis C se prolongue durante un largo periodo de tiempo existe la posibilidad de la aparición de cirrosis y los síntomas que esta trae aparejada.
Qué hacer con los síntomas de la hepatitis C
Deberá recurrir a un profesional médico en caso de que detectemos los síntomas de la hepatitis C. Además, se recomienda hacerlo si considera que ha estado en contacto con la sangre de una persona infectada, esta es la forma de contagio del virus.
A través de diferentes pruebas de sangre es posible detectar la infección por el virus de la hepatitis C. A partir de allí se deben realizar diferentes tipos de tratamientos en caso de que el diagnóstico sea positivo.
Generalmente se traza un plan para controlar el daño provocado al hígado a lo largo del tiempo.
Más datos sobre la hepatitis C
La hepatitis C es contagiada a través de la sangre. Por lo tanto, debemos estar atentos ante cortes en la piel o la utilización de cualquier objeto punzante.
Dependiendo de la variante de hepatitis C con la que la persona ha sido infectada la expectativa de recuperación varía significativamente. Con el llamado genotipo 1 la enfermedad resulta crónica en la mayoría de los pacientes.